En los últimos años, las empresas alrededor del mundo están priorizando cada vez más la sostenibilidad en sus estrategias corporativas. En particular, un notable 85% de las organizaciones ha incrementado sus inversiones en sostenibilidad durante el último año, superando el 75% registrado en 2023, según el reciente informe ‘Sustainability Report 2024’ de Deloitte. Esta tendencia refleja un cambio significativo hacia la implementación de los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), no solo como un medio para mejorar la reputación y retener talento, sino también como una vía eficaz para alcanzar el éxito financiero a largo plazo.
Casi la totalidad de los responsables de experiencia en las empresas (92%) consideran que es posible que sus empresas sigan creciendo al mismo tiempo que reducen sus emisiones de gases de efecto invernadero. Este hecho subraya la compatibilidad de la responsabilidad social y ambiental con los objetivos económicos, convirtiéndose en un motor para el negocio más allá de una mera respuesta al cambio climático.
Los beneficios tangibles de adoptar prácticas sostenibles ya son visibles para el 37% de los líderes empresariales que están experimentando mejoras en la eficiencia y resiliencia de sus cadenas de suministro y márgenes operativos. Además, alinearse con los criterios ASG potencia un impacto positivo global al atraer y retener talento, fortalecer la reputación corporativa y crear nuevas oportunidades en el mercado.
La Fundación COPADE se ha posicionado como un actor clave al proporcionar a las empresas las herramientas necesarias para adoptar adecuadamente estos criterios. Entre sus recursos más destacados se encuentra la certificación de «Huella ASG de Desempeño Sostenible». Esta evaluación permite a las organizaciones medir su impacto ambiental y social mientras se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A través de un análisis de la situación interna que abarca cinco áreas clave—equipo de la empresa, comunidades, cadena de suministro, medioambiente y gobernanza—, las empresas pueden obtener una visión clara de sus riesgos y oportunidades, facilitando la creación de un plan de mejora continuo.
La adopción de criterios ASG ofrece múltiples ventajas para las organizaciones. Entre ellas destacan la reducción de costes operativos, el acceso a nuevos mercados e inversores interesados en empresas sostenibles, y una notable disminución del riesgo de multas y crisis de reputación gracias al cumplimiento de estrictas normativas ambientales. Además, las empresas que implementan estas prácticas experimentan mejoras en su marca y reputación, obteniendo un reconocimiento mayor y una ventaja competitiva en la captación y retención de talento. Estas organizaciones son percibidas positivamente no solo por sus empleados y comunidades, sino también por sus consumidores e inversores, quienes buscan empresas que compartan sus valores.
En resumen, las pequeñas y grandes empresas que integran los criterios ASG en su esencia corporativa no solo aseguran su viabilidad y relevancia en el competitivo entorno empresarial actual, sino que también se posicionan favorablemente para afrontar los desafíos del futuro de manera sostenible y rentable.