En los tiempos que corren, uno no puede a la ligera, desde un puesto del gobierno darse el lujo de decir datos inexactos, y menos aún falsearlos para sus propios intereses. Lo de inexactos lo han sido desde casi el primer momento de la legislatura, pero lo de falsearlos ha cobrado fuerza esta semana, cuando ayer la número dos decía que habían detectado más de medio millón de fraudes al paro y que habían tomado las medidas pertinentes ahorrandose un montón de dinero el Estado. Vamos que en tiempos de crisis, parece que los españoles seguimos siendo tan pícaros como siempre, al menos según Soraya.
Sin embargo, al poco rato, fuentes del PP tuvieron que salir a corregirla, porque esas 500.000 personas quedaban lejos de ser defraudadores, tal y como los había llamado ella. Y es que a veces, uno si no está seguro de lo que significa una palabra va al diccionario. Pero claro, eso de decir que el paro va mal por el PP no es tan bonito como decir que en realidad los parados españoles defraudan y que las cifras no son correctas. Lo segundo vende más.
El problema surge cuando esos desempleados en realidad no cometen fraude, sino que lo único que hicieron mayoritariamente fue tener problemas con la administración; falta de documentos, imposibilidad de acudir a una cita pactada, cosas que en realidad ocurren, y que están muy lejos de ser un fraude por cobrar el paro y trabajar al mismo tiempo. Cosa que dicha sea de paso, es fraude a medias, porque recordemos que el contrato de emprendedores permite esto, tanto al que emprende, como a la persona que contrata dicho emprendedor. Pero bueno, cada loco con su tema, y al final, hasta la gente sin trabajo va a tener la culpa de todo.
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