Aunque el buen tiempo no se ha ido del todo y aún es posible salir a la calle en manga corta o con una camisa fina, todos sabemos que tarde o temprano el frío hará acto de presencia y con ello un gasto más para el bolsillo de las familias: la temible calefacción.
Durante los meses de frío, las familias aumentan sus gastos debido a este concepto, un gasto que puede ser aún mayor si no se toman ciertas medidas para garantizar que se consume lo justo y que no estamos consumiendo energía de más. Para garantizar esto, os traemos una serie de consejos para que de esta forma intentéis ahorrar en vuestra casa.
El termostato
Lo primero que deberemos de hacer es asegurarnos de que nuestro termostato funciona bien. Este elemento será el encargado de indicar a la caldera si es necesario que funcione para alcanzar la temperatura elegida o bien si ya se ha llegado, darle la señal para que deje de funcionar. Mediante el termostato podremos elegir la temperatura adecuada. Aquí cabe destacar que un grado más de lo debido supondrá un aumento de entre un 5 y un 7% en el gasto de nuestra factura. Una casa con una temperatura de 19 o 20 grados es más que suficiente para no pasar frío.
Revisar los radiadores
Antes de poner en marcha la calefacción, es recomendable purgar cada uno de los radiadores para quitar el aire que pueda haber dentro de ellos. Si esto no se hace, estos elementos no calentarán como deben, por lo que aumentará nuestro consumo en la factura.
Aislar la casa
Un buen aislamiento es fundamental para evitar pérdida de temperatura y así conseguir que la casa esté caliente. Si nuestra casa es vieja, una de las opciones sería cambiar las ventanas y poner otras que ofrecieran un mejor aislamiento. Si nuestro presupuesto no es muy alto, siempre podemos optar por tapara aquellas rajas que tengamos y bajar las persianas para evitar que se escape el calor.
Además de esto, también es muy importante que por la noche apaguemos la calefacción o siempre que no estemos en casa.