Cuando se trata de ahorrar a veces cometemos el error de dejar de consumir algunos productos que mantenían nuestra productividad o tomar medidas que a corto plazo nos puede hacer ahorrar pero a largo plazo terminan haciéndonos gastar más.
Un ejemplo de ello es que en tiempo de crisis hay personas o familias que deciden disminuir la cantidad de comida que consumen ya sea en el desayuno o el almuerzo, supuestamente esto permite un poco el ahorro a corto plazo.
Sin embargo esta estrategia puede hacernos gastar más dinero al final, el problema con esto es que si te quedas con hambre terminarás comprando otros productos alimenticios afuera.
Otro problema de esto es que si no nos encontramos bien alimentados podemos disminuir nuestros niveles de energía y nuestra productividad en el trabajo y podemos terminar gastando más dinero en comprarnos algún energizante, los cuales por cierto no sólo tienen sus desventajas en cuestiones de salud sino que no son muy económicos.
Sin embargo algo que podría ser bastante saludable es disminuir la cantidad de alimento de la cena o el suprimir la cena, es en las horas de la noche donde lo más saludable es comer menos, de hecho muchas expertos indican que la comida de mayor cantidad y calidad debería ser el desayuno, el almuerzo debería ser algo ligero y la cena debería ser algo muy ligero.
Fotografía: Nutricion Pro