Por lo general en las fiestas de Navidad y Año Nuevo tenemos la costumbre de no reparar en gastos. Esa práctica, al menos una vez al año, no afectará nuestra economía. Sin embargo, lo ideal para reparar esos «gustos» que nos damos y los gastos que nos afectan es aprovechar todo al máximo, principalmente los productos relacionados con la gastronomía.
Es común comprar comida para más gente de la que finalmente se sienta a la mesa. Por eso, el freezer en una buena opción para conservar los alimentos y así no desperdiciar nada de lo que ya se compró. Es una manera de lograr dos cosas: por un lado aprovechar los gastos desmedidos de fin de año y por otro no desperdiciar nada de comida, en un mundo donde millones de personas no disponen de ella.